VANESSA MARTÍN YOUST. No sé si ha sido el recuerdo de una de las últimas películas que he visto, Un buen Año (Ridley Scott, 2006), lo que me ha llevado a indagar en mi memoria y evocar momentos mágicos y especiales en mi vida. De esta manera, llego a la conclusión de que una gran parte de mi felicidad reside en tener tiempo para poder disfrutar de mi familia, mis amigos, de buenas comiditas y buenos vinos.
Mis paseos no han sido por la Provenza francesa, lo han sido por el terruño español, por hectáreas de viñedos en brotación, en floración, en envero y en vendimia. He visitado muchas bodegas en mi vida, pero tal vez sean las que cito a continuación las que han tenido mayor significado para mí, no sólo por la bodega en sí, sino por la compañía y los planes que rodearon esas visitas. Estoy segura de que todos estos recuerdos os pueden servir de guía para organizar algún plan divertido. Hablamos de gente, de vino y de gastronomía.
BODEGAS MUGA, Barrio de la Estación s/n, 26200 Haro, La Rioja. Teléfono visitas: 941306060
Durante la Semana Santa del año 87 realicé mi primer viaje gastronómico/enológico. Mi corta edad (sólo me dejaron beber sangría) y el tener la boca llena de chatarra odontológica me impidieron comer y beber al ritmo al que lo hacía el resto de mi familia (padres, hermano, tíos y primos). Nos alojamos en el Hostal Echaurren, hoy llamado Echaurren Hotel Gastronómico y dividido en cuatro espacios: Echaurren Tradición, El Portal de Echaurren, que cuenta con dos estrellas Michelín, Bistrot Comilón y Tapas Gastrobar. Por aquellos años (década de los ochenta) estaban a los mandos del hostal y del restaurante Felix Paniego y su mujer, Marisa Sánchez (padres del laureado chef Francis Paniego). En aquel entonces disfrutamos de la cocina de Marisa: de sus afamadas croquetas, su menestra de verduras, su merluza a la romana… Muchos de estos platos siguen formando parte de la carta del restaurante Echaurren Tradición.
Es un auténtico lujo poder alojarse en el Hotel (C/ Padre José García 19- Ezcaray, La Rioja. Teléfono 941354047) y disfrutar de la cocina riojana en cualquiera de sus espacios gastronómicos. Yo volví en el año 2012; había cambiado mucho, pero seguía siendo lo mismo.
En aquel viaje de Semana Santa visitamos y comimos en Las Bodegas Muga, previo aperitivo en las Bodegas Paternina (están a unos diez minutos en coche). Nuestro anfitrión en Muga fue Isacio Muga. Recuerdo la sala de barricas, la mesa montada allí mismo llena de botellas vacías, el olor a vino, a madera, a bodega, la larga sobremesa, pero como ya os he dicho solo me dejaron beber sangría; el Muga, para mojarme los labios. Años después he bebido unos cuantos. Todo llega…
Bodegas Torres, Finca el Maset, s/n-08796 Pacs del Penedés. Ubicada a 3Km de Villafranca del Penedés.
Fue la primera bodega que visité por mi cuenta. Ya era mayor de edad, ya había hecho mi primer curso de iniciación a la cata en La Unión Española de Catadores y ya tenía claro que, de una forma u otra, quería formar parte de ese mundillo. Recuerdo que me impresionó la dimensión del viñedo, la luz de las tierras, la limpieza y el orden en la bodega, la inmensa sala de barricas, lo cuidada que estaba la finca. Tuve la suerte de hacer yo sola la visita. Solo preguntaba y escuchaba; preguntaba, absorbía el conocimiento ajeno y volvía a preguntar. Tenía muchas dudas y ganas de aprender.
Actualmente la bodega del Penedés ofrece muchas alternativas. Se puede realizar la visita en tren, realizar catas, maridajes con queso, etcétera. Abre al público todos los días de la semana, excepto el domingo, de noviembre a marzo. Las reservas se pueden hacer a través de la web: www.clubtorres.com. Navegando a través de su web podréis ver la cantidad de opciones que oferta el grupo Torres: visitar otros viñedos, visitar su bodega de brandy, realizar vuestro propio brandy, comer en La Masía Mas Rabell, visitar la Bodega del Priorato y apuntarte a alguna de sus actividades, etc.
Palacio de Canedo, C/ La Iglesia 5, 24546 Canedo, León. Teléfono 987563366. Web: www.pradaatope.es
Hace unos años hice parte del Camino de Santiago. Compartí este viaje con mi queridísima y gran amiga Marián Villamor. Empezamos el Camino en Astorga y decidimos salirnos un poco de la ortodoxia para convertirlo no solo en un viaje espiritual (los que lo han hecho saben de lo que estoy hablando), sino también gastronómico/enológico.
Nada más dejar la Maragatería y adentrarnos en el Bierzo el paisaje cambió considerablemente; abandonamos la meseta castellana y nos adentramos en una zona de valles y rica vegetación donde la vid es la protagonista de gran parte de la campiña. Finalizada la etapa a pie, Rabanal del Camino-Ponferrada, y haciendo algo de trampa, pues los kilómetros que separan Ponferrada del Palacio los hicimos en coche, encontramos nuestra recompensa. Lo que sentí al ver el Palacio después de casi 30 km caminando fue auténtica emoción. ¡Qué paz! ¡Qué belleza!¡Qué vistas!¡Qué armonía!
El Palacio de Canedo no es solo un alojamiento, es una viña, una bodega, un huerto, una conservera, una filosofía de vida. José Luis Prada Méndez, Prada para los amigos, es el creador y el responsable de un proyecto que con los años ha ido creciendo poco a poco. Fue durante muchos años presidente del Consejo Regulador del Bierzo y uno de los mayores responsables de poner los vinos del Bierzo en la órbita mundial.
El Palacio cuenta con 14 habitaciones, siete en el edificio principal y otras siete, de mayor categoría, encima del edificio de la bodega. El restaurante del Palacio es magnífico. Su carta está basada en productos de temporada y de la zona, y su carta de vinos ofrece todos los caldos que se elaboran en su bodega. Nosotras tuvimos la suerte de conocer a Prada en el restaurante y después de una breve conversación basada en el mundo del vino no dudó en hacernos una cata de casi todos los vinos de su bodega. Fue algo asombroso conocer casi toda la producción de una bodega de la mano de su creador. Yo estaba encantada. A la mañana siguiente visitamos los viñedos (Mencía y Godello principalmente), la huerta, pasamos por la bodega y visitamos la pequeña conservera, que se dedica a fabricar sus famosas mermeladas, sus pimientos picantes y sus castañas en almíbar. Todos los productos que se elaboran en el Palacio se pueden comprar en la tienda del mismo. Nosotras nos llevamos vino, vinagre, Biermú, castañas, pimientos…
Si viajáis al Bierzo, os recomiendo que visitéis y os alojéis en el Palacio. Siguen realizando visitas guiadas todos los días y haciendo catas de vino. Además es el lugar idóneo para descansar y disfrutar del entorno y de todas las actividades que éste ofrece (recorridos en quads, montar a caballo, etcétera).
El fin de semana que visité con tres íntimos amigos Cepa XXI, hace ya dos años, fue divertidísimo. El motivo principal de pasar dos días en Aranda de Duero era que íbamos a participar en la I Maratón de la Ribera del Duero. También se podían recorrer 10km (distancia a la que nos apuntamos) y media maratón. La carrera salía de Aranda del Duero y, dependiendo de la distancia que corrieses, finalizaba en un lugar u otro. Los corredores de la
media maratón acabaron en Bodegas Portia. El resto, en Aranda. Éramos tan solo 300 corredores y la mayor parte del recorrido fue entre viñedos. La bolsa del corredor, además de la típica barra de cereales, camiseta, chip y gel energético, contenía una botella de vino, una morcilla de Burgos y una tosta de acetite. Originalidad a tope. Al llegar a la meta de Aranda de Duero, nos regalaron otra botella de vino personalizada.
Os aseguro que para un amante del vino y del running es la carrera perfecta. El pasado año se ha realizado la tercera edición. Suele ser en octubre o en noviembre y actualmente la afluencia de público es mucho mayor. La carrera de este año aún no tiene fecha asignada; os informaré cuando se publique. Finalizada la carrera, nos dimos un homenaje en Casa Florencio, C/ Isilla 14. Teléfono 947500230. Para cenar, a base de tapas, optamos por el Mesón El Pastor, Plaza de La Virgencilla 11. Teléfono 947500428.
Al día siguiente de la carrera visitamos y comimos en Cepa XXI. Es una bodega de estilo moderno y minimalista que tiene el sello de la Familia Moro (Bodegas Emilio Moro). Después de recorrer la bodega acompañados de nuestro guía -uno de los nietos de Emilio Moro-, pasamos al restaurante principal. Antes de sentarnos a la mesa nos tomamos un aperitivo en la barra y probamos Malabrigo, vino tinto de alta gama de la bodega. Durante la comida bebimos Cepa XXI y elegimos el menú largo de 55€. Hay otro menú corto de 45€. La sala del restaurante es espaciosa, sobria y tiene muchísima luz. Un ventanal larguísimo con vistas al viñedo recorre un lateral de la sala. El responsable de la cocina es Alberto Soto, mejor cocinero de Castilla y León 2014. Su cocina está basada en platos tradicionales a los que da un toque de vanguardia y modernidad. En la bodega también se pueden realizar reuniones, bodas y eventos varios.
Fue un fin de semana completísimo; hicimos deporte, degustamos la gastronomía y los vino locales y descubrimos una bodega que está dando mucho que hablar.
Bodegas del Palacio de Fefiñanes, Plaza de Fefiñans s/n, 36630 Cambados, Pontevedra. Teléfono 986542204
Este verano, y con motivo de la celebración de mi cumpleaños, visité Cambados, la cuna del Albariño. Pero vayamos por partes. En esta ocasión disfruté de la jornada gastro/vinícola con mi pareja que, como ya he dicho en otras ocasiones, es un gran amante del vino y la restauración y compañero incondicional de muchas de mis andaduras.
Reservamos para comer en Yayo Daporta, C/ del Hospital 7, 36630 Cambados. Teléfono 986526062. El restaurante, que goza de una estrella Michelín desde el año 2008, está ubicado en un bello pazo restaurado. Desde el principio tuvimos claro que íbamos a pedir el menú degustación (compuesto por cuatro entrantes, tres segundos y un postre) y a la hora de elegir el vino y después de hablar con Esther, la sumiller del restaurante, nos decantamos por maridar el menú con una selección de vinos que ella propuso: Dandelion, albariño de las Rías Baixas, Godeval, Godello de Valdeorras, Manuel Rojo, blanco de la DO Ribeiro y Quinta da Muradella, Mencía de Monterrei. Un claro recorrido por casi todas las D.O. Gallegas. Del menú quiero destacar el cóctel de Albariño, la merluza de bajura y el cabrito asado. El pan, excelente; el servicio y el trato, impecables.
Terminada la comida y antes de ir a la bodega, visitamos El Parador de Cambados, donde nos tomamos un café en el patio interior. La visita a la bodegaduró aproximadamente una hora. Su precio fue de 5€ por persona, sin cata de vino. Fue una pena no hacer la cata, pero teníamos suficiente blanco en el cuerpo como para aventurarnos a probar más vino; no lo habríamos disfrutado. El Palacio o Pazo de Fefiñanes es un edificio histórico de estilo renacentista, del S. XVII. El conjunto del palacio incluye la iglesia de San Benito, la torre del homenaje, huertas y la bodega.
Visitamos la sala de fermentación, la de barricas, la sala de embotellado y etiquetado y la huerta. Tal vez sea esta lo que más me gustó del conjunto de la bodega. Aquí sólo se cultiva una hectárea de Albariño, el resto de sus viñedos están distribuidos por toda la comarca.
Finalizada la visita, empezó la cata, que se componía de sus tres Albariños: Albariño de Fefiñanes, 1583 y Albariño de Fefiñañes III Año. Como ya he dicho, nos la saltamos, aunque estuvimos tentados de hacerla. Un cruce de miradas, una risa y nos fuimos zumbando.
El amante del Albariño encontrará en Cambados el destino idóneo para empaparse de la tradición y la cultura enológica de las Rías Baixas.
Bodega Descalzos Viejos, Partido de los Molinos s/n, 29400 Ronda, Málaga. Teléfono 952874696. Web: www.descalzosviejos.com.
Este verano pasé unos días en Marbella, en la casa familiar de mi hermana y mejor amiga, Silvia Arilla. Un día cualquiera, decidimos visitar Ronda. Tras una caminata de un par de horas, paramos a comer a base de pinchos en el restaurante Traga Tapas (C/ Nueva 4, Ronda).
Tomamos el postre en el Parador de Ronda, con algo de prisa pues ya eran las cuatro de la tarde y queríamos visitar la bodega que nos había recomendado un amigo. La sorpresa al llegar a los Descalzos fue monumental. Podría tratarse de una villa en La Toscana, pero no, estábamos en La Sierra de Ronda, España. Nuestra sorpresa y asombro fue creciendo a medida que íbamos adentrándonos en el Universo de Los Descalzos. En primer lugar nos recibió Vicente Inat, su enólogo, que a la vez estaba atendiendo a unos clientes nórdicos. La bodega fue un antiguo convento de la orden de los Trinitarios Descalzos que, después de varios siglos y de pasar por varias manos, fue comprada por Paco Retamero y Flavio Salesi. Ambos, arquitectos y amantes del vino, sometieron el convento a un plan de reforma integral, recuperando el edificio principal y sus frescos, los huertos, los jardines, la alberca… La casa principal está en lo alto de la Cornisa del Tajo, el viñedo está debajo. Cabernet Sauvignon, Syrah, Garnacha, Petit Verdot, son algunas de las variedades que cultivan. Vicente y sus chicos cuidan el viñedo, y eso se nota.
Resumiría nuestra visita a Los Descalzos como un Paseo por las Nubes. Silvia volvió. YoFinalizada la visita y sentadas debajo de un aguacatero comenzamos a probar vino. Vicente iba descorchando botellas (IUSTA, RUFINA, etc) y ya no estábamos solas, iba apareciendo gente: Pedro y Flavio -los propietarios- y varios amigos de Los Descalzos. Y así, sin saber bien como, éramos un grupo de ocho que estaba pasando una velada entrañable. Salimos de la bodega a las diez de la noche. Descubrimos unos vinos muy personales y muy cuidados, vinos con mucha fuerza, vinos de terruño y vinos de guarda. El trato fue exquisito y cercano. La hospitalidad y la generosidad con la que nos recibieron no es habitual, ahí reside uno de sus encantos. Y, por descontado, el vino. Volveré a hablar en exclusividad de Los Descalzos, de su gente, de sus anécdotas y de sus vinos. Todos ellos lo merecen, estoy deseando hacerlo.
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