San Nicasio y otros tesoros que ocultan los cerros de Úbeda (1º Parte)

Hoy continuamos nuestra andadura por España recorriendo otras zonas de escándalo turístico tras conocer Castellón en el pasado artículo. Esta vez nos trasladamos a Úbeda, ¡sí, la de los cerros! para conocer el término de oleo-turismo y conocer su gastronomía, su cultura alrededor del AOVE (o lo que es lo mismo Aceite de Oliva Virgen Extra). Para ello dividiremos el artículo en dos partes, ya de de otra forma sería demasiado extenso porque hay mucho que contar y, sobre todo, que enseñar de este intenso fin de semana que vivimos Devinos con Alicia y Aceite con sabor a Gloria hacia finales de abril. Acompáñanos en un viaje a través de la mayor zona productora de aceite de España con su buque insignia: la variedad Picual, entre otras como la Arbequina, Frantoio, Koroneiki, etc. y sus múltiples almazaras. ¿Nos acompañas?

Llegué por la noche a la estación Linares – Baeza en tren y allí me estaba esperando la que iba ser mi anfitriona durante todo el fin de semana que durara mi aventura entre los olivares del sur. Gloria, autora de Aceite con sabor a Gloria, me propuso ir a conocer la Úbeda renacentista de forma nocturna y fue algo que no me dejó indiferente… para los que disfrutéis de los monumentos con la palpitante luz blanca alumbrándolos esta ciudad es todo un espectáculo. Seguimos caminando por las calles empedradas hasta dar con el sitio que se convirtió en mi restaurante favorito de la localidad, ¡nos sonaba la barriga! además de que ya me apetecía congraciarme con la gastronomía local… así que nos detuvimos en La Tintorera, un pequeño y modernete local del casco antiguo. Allí disfrutamos, regado con algunos vinos, de un falso risotto con calamares en su tinta, aceitunas locales o los tradicionales ochios y el lomo de orza. Y con ese buen sabor de boca nos fuimos a descansar hasta el intenso día que nos esperaba a la mañana siguiente.

Continuamos nuestra aventura trasladándonos hasta Baeza, un pequeño pueblo de la provincia y famoso por su estructura monumental y ser sede de una de las universidades principales de Jaén. Recorrimos sus calles, nos reunimos con el que sería uno de nuestros compañeros de viaje: Fernando, tomamos un café y conocimos sus principales puntos como, la antes citada, Universidad o La Casa del Aceite (un rinconcito donde se pueden comprar los mejores aceites premium de la zona además de otros productos relacionados con el AOVE. Allí esperamos al que iba a ser nuestro próximo guía en este gran universo que es el Aceite de Oliva Virgen Extra: Joaquín Claramunt, propietario del AOVE Premium que lleva su apellido.

Así que nos montamos en su automóvil y nos perdimos entre olivos. La casa Claramunt apuesta con el peso de tres generaciones a su espalda, por un olivar de respeto al campo, al árbol y un entorno diversificado con variedades nuevas dentro de la provincia: la originaria de la Toscana italiana Frantoio, la griega Koroneiki que conviven con la Arbequina  y la imponente Picual sobre las lomas entre Baeza y Úbeda, a pie de Sierra Mágina.

Claramunt sigue  una filosofía muy clara de cultivos de producción integrada, respeto al medio ambiente y cubierta vegetal tal y como se pueden apreciar en las imágenes inferiores. La mezcla de cultivo intensivo junto con cultivo tradicional y olivos centenarios de la variedad picual hacen que se elaboren aceites de oliva virgen extra premium únicos y no encontrados en esta provincia, ¡son excepcionales! Además, el diseño contemporáneo de sus envases es un reflejo más de lo que nos encontramos en su interior, unos AOVEs de alta calidad, de cosechas tempranas de principio de Octubre, armónicos y frescos. En esto ¡las imágenes hablan por sí solas!

Y os preguntaréis, ¿que nos podemos encontrar en Claramunt? Por supuesto tiene la variedad Picual, es el buque insignia de la zona. Sin embargo, esta casa aceitera ha apostado por una revolución dentro del mundo de los AOVE, como comentábamos antes, está cultivando variedades que no tienen que ver con la zona como la Frantoio, la Koroneiki y, por supuesto, la muy conocida en España: Arbequina. Vamos a conocerlas.

• Arbequina: de color verde pálido. En nariz su frutado de aceituna verde, complejo en aromas vegetales como la hierba y frutas verdes que, sin embargo, en boca se presenta con notas almendradas y con piel de plátano. Dulce y con una ligera astringencia y posgusto de almendra verde.
• Frantoio: se percibe un color de una gran intensidad de verde. Nos deja disfrutar mucho con un frutado medio verde, sensación de hierba muy fresca. Con una intensidad del amargo y el picante relativamente alta y boca a notas a hoja de olivo, almendra amarga, más largo de amargo que de picante.
• Koroneiki: se nos presenta con un frutado verde intenso y sensaciones a hoja de olivo. No envuelve la boca con potentes amargos y picantes, cáscara de plátano, frutos secos y un posgusto que recuerda a la nuez.

La visita hasta este momento había sido más que productiva pero nos quedaba una de las mejores partes, si cabía. Volvimos a Baeza para conocer Tendal, un local gastro que pone como eje de funcionamiento el AOVE. Cocina de vanguardia y riquísima, en un entorno indescriptiblemente genial, que se unió a la buena conversación que me prestaban mis acompañantes. Soy de las que piensan que una imagen vale más que mil palabras y este es uno de los casos… ¿Te apetece conocer este restaurante en pleno casco histórico baezano? 100% recomendable para todos aquellos curiosos que decidáis este verano hacer una escapada y si pretendéis embarcaros en la aventura del oleoturismo no dudéis en acudir a él… de nuevo ¡las fotografías hablan!

Apetitoso, ¿no? Fue una comida magnífica que concluyó con un soufflé de chocolate regado de un Pedro Ximénez. Tras regresar a Úbeda y descansar, Gloria y yo nos acercamos al Mercado de San Nicasio: la primera feria local organizada en la Plaza de Toros de Úbeda. Recorrimos sus stands e interactuámos con los expositores y amigos comentando la organización y el montaje de esta precaria feria de productos y artesanía. Allí pude disfrutar de los dulces de Pastelería Palacios y de un riquísimo y desubicado Pulpo a la Gallega con un albariño sin pretensiones.

Con esta imagen os dejamos hasta el domingo, que continuaremos con nuestro viaje por estas tierras andaluzas conociendo Cortijo Spíritu Santo. Antes de cerrar este artículo quiero dar las gracias a Joaquín Claramunt por acojernos, hacernos entender su innovadora filosofía y posterior invitación a Tendal. También a Fernando por compartir con nosotros su conocimiento sobre el campo del olivar y los AOVEs.

Vídeo recopilatorio:

Si te ha gustado este artículo recuerda que, más abajo, puedes disfrutar de otros que seguramente encuentres igual de interesantes… o eso espero, porque la verdad es que los hemos hecho con mucho cariño. Así que si quieres apoyar a Devinos con Alicia, déjanos tu comentario en el cajetín del final de página 😉

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