Que el enoturismo es una fuente de oportunidades más allá del negocio para las bodegas es algo que ya no discute nadie, y a quien lo discuta hay que darle a conocer proyectos como Le Domaine de Abadía Retuerta, hoy ya una realidad que, con una visión integradora de todo lo que rodea a la bodega con su negocio, apuesta por crear un destino más que por promocionar sus vinos, como señala su director general, Enrique Valero.
Una función social
Le Domaine de Abadía Retuerta parte de una visión integradora de todos los activos con los que cuenta para diferenciarse como destino, esto significa tener una «perspectiva de 360 grados», según Valero, una visión que te implique no sólo con tu viñedo y tu bodega, sino con todo un gran conjunto. “Hay que potenciar todo un destino, que en Abadía Retuerta incluye nuestra zona, claro, pero también Valladolid, Castilla y León y toda España”. Sólo así es como se consigue un proyecto que. Más allá del éxito empresarial, cumple una función social, ecológica y de cohesión del territorio y de su tejido productivo.
Es ésta la clave del éxito de proyectos como Le Domaine, apostar por ofrecer un servicio de alta gama en comunión con un territorio, en potenciar todo un destino. “Para ello hay que colaborar con todos los que conforman tu zona, con restaurantes, museos, otras bodegas… y ofrecer calidad, ponerse en el lugar del consumidor y primar la parte experiencial sobre la técnica”.
Sin duda este es un hecho diferencial sobre otros proyectos enoturísticos. “Más allá de ofrecer catas de vinos, hay que lograr que el cliente alcance el grado de “vivencia”, más personal que la “experiencia” y más intenso”, señala. Se trata de una diferencia cualitativa, el punto que diferencia un cliente contento de un “apóstol” de tu marca, alguien que va a recomendar a sus cercanos algo más que un viaje o unos vinos.
Los tres ingredientes básicos con los que trabaja Abadía Retuerta
Valero resume en tres puntos básicos los ingredientes con los que trabaja Abadía Retuerta en estos objetivos: patrimonio natural; patrimonio histórico y equipo humano. Los dos primeros puntos son “los activos con los que cuenta la bodega, y como tales hay que cuidarlos y valorarlos, darlos a conocer con orgullo pero sin prepotencia”. Cuidar el entorno y el patrimonio van a jugar a favor de todo el conjunto, primero para la bodega, pero también para la zona y sus pobladores y, en última instancia, a todo el conjunto del destino turístico.
El equipo humano es “el pegamento que todo lo une”. En Le Domaine se apuesta porque el equipo humano esté a gusto, motivado, y bien formado. Sólo desde el conocimiento se puede hacer disfrutar de algo. Además, son quienes van a dar sentido a la visión global de la experiencia.
Un chef como Marc Segarra que ofrece una gastronomía de terruño, apegada a los productos del territorio (Abadía Retuerta cuenta con su propio huerto ecológico, además de producir piñones y miel en la misma finca); un enólogo como Ángel Anocívar, que produce los vinos a partir del trabajo cuidado y respeto por el viñedo (en breve sacará un vino de uvas prefiloxéricas de cepas recuperadas en la zona), y todo el equipo de 127 personas que forman Le Domaine, son el hilo que teje las puntas del éxito de todo el conjunto, más allá de los muros de la bodega.
Lujo experiencial by Abadía Retuerta
Conseguir que el visitante tenga una experiencia global enriquecedora, de “lujo experiencial” en palabras de Valero, es una asignatura pendiente en nuestro país. “En España falla esta visión; una zona como Ribera del Duero, que está a la misma distancia de Madrid que Napa Valley de San Francisco, no se oferta como un destino desde Madrid, y lo mismo con otras zonas”.
Para deshacerse de este lastre que pesa sobre otros proyectos enoturísticos, Le Domaine ofrece además de un servicio de hostelería de lujo, “otras cosas, no sólo beber vino”. Paseos a caballo por los viñedos, vendimias personalizadas, probar los productos ecológicos de la finca… “eso por lo que respecta a nuestro territorio, que además ofrecemos catas con otros vinos de otras zonas y regiones, o de bodegas de nuestro entorno”.
Valorar y jugar con lo que tienes; entretener y no aburrir. Así se llega al corazón del visitante, y él se lleva a casa la experiencia de todo un destino, no sólo de una bodega
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About Oscar Varela
Viticultor, sumiller y comunicador. Máster en Enología, Viticultura y Marketing del Vino por la Universidad Politécnica de Madrid, ETSI Agrónomos, y Máster en Comercio exterior por la Cámara de Comercio de Madrid. Miembro de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV), de la Federación Internacional de Periodistas del Vino (FIJEV) y de la Asociación de Sumilleres de Madrid (ASUMAD). Tras varios años de experiencia en diferentes medios de comunicación generalista se especializó en Enología, Viticultura, y Marketing del Vino. Ha escrito en medios especializados como Mercados del Vino (donde se encargó de la sección de Mercado Exterior), TecnoVino o la Semana Vitivinícola. También ha sido el encargado de diseñar e impulsar el primer Plan de Comunicación de la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV). Como exportador ha dirigido varias expediciones comerciales con pequeñas bodegas a los mercados asiáticos, y ha trabajado intensamente el mercado europeo. Actualmente cuenta con una colaboración periódica en La Gaceta del Vino y es jurado en varios concursos nacionales, además de colaborar ocasionalmente en otros medios del sector. Es sumiller, produce su propio vino y gestiona el viñedo familiar.
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