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Qué mejor lugar que Alicante para pasar los últimos días del mes de Junio. Y lo digo porque tal vez sea la ciudad española por excelencia donde la noche y el día de San Juan se celebran por todo lo alto convirtiéndose en la festividad más importante de todo el verano. Después de una noche de hogueras y con el recuerdo de un baño en el mar con la intención de cargarme de energía positiva y buena salud para todo el año, madrugón en el cuerpo, carretera y manta hasta llegar a una de mis bodegas alicantinas preferidas: Bodegas Enrique Mendoza.
Mi romance con esta bodega empezó el día que probé, hace ya muchos años, su Moscatel de Alejandría. Y, a día de hoy, tras haber probado muchos de sus vinos el romance continúa afianzándose con su Petit Verdot, con Estrecho y con su Dolç de Mendoza, un dulce natural cien por cien Monastrell.
He de resaltar que el vino dulce me puede y nunca pierdo la oportunidad de degustarlo a modo de postre cuando salgo a cenar o en casa regalándome un momento de placer a la hora del día que más conveniente me parece. Pero volviendo al motivo prioritario de mi post retornemos con la Bodega. Llegué a la cita a la hora prevista y guiada por May y Clara (relaciones públicas y enóloga respectivamente) y acompañada de otros pocos más comenzamos la visita.
La Bodega se encuentra emplazada en la localidad de Alfaz del Pi en la comarca de la Marina Baixa, provincia de Alicante. Es aquí donde está plantado el viñedo de Moscatel de Alejandría (de ahí su nombre de Moscatel de la Marina) y donde se elabora el vino a partir de la fase de crianza en barrica. Es en Villena, en la finca El Chaconero, la localidad donde se encuentra plantado el resto del viñedo y donde fermenta el mosto antes de ser trasladado a la finca de Alfaz del Pi.
Enrique Mendoza inició su carrera vinícola allá por los años ’70, siendo conocido en la zona por su afán de adaptar variedades foráneas al suelo alicantino. Entre las variedades plantadas en Villena, a parte de la afamada española Monastrell, encontramos Petit Verdot, Shiraz, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Pinot Noir y Chardonnay. Dichos viñedos están plantados a una altitud entre 400 y 800m, siendo el viñedo de Monastrell el que alcanza la máxima altitud y, a su vez, es el más longevo (viñas de unos 70 años) de todos.
La labor vinícola de Enrique se vio reforzada por la incorporación de sus tres hijos (Pepe, Julián y Juan) a su gran proyecto, convirtiéndose Bodegas Enrique Mendoza en una bodega familiar que abandera un tipo de cultivo ecológico y biodinámico. Tratan el oídio con canela, luchan contra la
lobesia botrana con una técina natural japonesa de confusión sexual que ha sido mejorada por la Universidad Politécnica de Valencia, no usan pesticidas, podan teniendo en cuenta las fases lunares para potenciar o mermar el vigor de la planta, etc.
El certificado de vino biológico es solo cuestión de tiempo. Además utilizan alta agro tecnología; estaciones meteorológicas, cipros y dendrómetros, aparatos todos ellos que les ayudan a hacer un uso óptimo del agua llegando incluso a ahorrar hasta un cuarenta por ciento de agua la mayor parte de los meses.
Todos sus vinos, excepto uno de sus Chardonnays, son criados en barricas de roble francés y/o americano en dos tamaños: 225 litros o 500 litros. En el caso de los tintos un mínimo de 12 meses y en el caso de su Chardonnay fermentado en barrica, ocho meses. El grado de quemado de las mismas suele ser bajo o medio bajo pues en la bodega son partidarios de no dar demasiado protagonismo a la madera, usarla, entre otras cosas, para suavizar y pulir los taninos de sus caldos y dar protagonismo a los aromas primarios del vino.
A modo de curiosidad deciros que están elaborando su primer vino Fondillón cuya primera añada, la de 2010, saldrá a la venta en 2020. Este vino dulce es típico de Alicante y es uno de los seis vinos que junto a Champagne, Cava, Jerez, Tokaj y Oporto tiene derecho a llevar su propio nombre según la normativa de la Unión Europea.
Ha de ser elaborado exclusivamente con uva Monastrell que se vendimia de manera tardía en el mes de Octubre o Noviembre con la intención de que la uva sobremadure y alcance de manera natural una graduación alcohólica de 18% pero quedando ligeramente dulce al acabar la fermentación. Su crianza en barrica es de un mínimo de 10 años dando como resultado un vino ámbar, viejo y extremadamente aromático. Hay algunas bodegas en Alicante que usan el sistema de Soleras propias de Jerez para la crianza del Fondillón. Desgraciadamente tendremos que esperar cinco años más para probar el Fondillón de Bodegas Enrique Mendoza.
Antes de finalizar la visita, tuve la oportunidad de catar varios de los vinos de la Bodega. Algunos ya los conocía y otros no. Quiero centrarme en cuatro de ellos que son los que con mi paladar más he disfrutado.
Santa Rosa 2012
Ensamblaje de 70 % Cabernet Sauvignon, 15% Merlot y 15 % Shiraz. Es el buque insignia de la casa. Envejecido en roble francés por un periodo de 17 meses. De color rubí, en nariz predominan las notas balsámicas y especiadas fundamentalmente y en boca se presenta como un vino elegante con una acidez exquisita y con unos taninos no muy agresivos pero que se atenuarán con el paso del tiempo. Ideal para su guarda.
Petit Verdot 2012
Petit Verdot 100%. Criado en barrica durante 15 meses. Este vino, que no conocía, me sorprendió gratamente. Me encontré con un vino perfectamente maduro (las horas de Sol de la provincia de Alicante se notan) en el que la carga de fruta, compota, resalta sobre la madera con muy buena acidez, buena carga tánica, vino corpulento y graso con un post gusto agradable y duradero.
Estrecho 2012
Vino 100% Monastrell. Envejecido en barrica de 500 litros de roble francés durante 14 meses. Resalta el aroma mineral y a monte bajo. Podría decirse que es un vino de cuerpo medio con unos taninos suaves y aterciopelados que hacen de éste un vino muy elegante.
Estos dos últimos fueron algunas de mis adquisiciones. Tampoco pude resistirme al 100% Shiraz y al Moscatel de Alejandría que tantos buenos recuerdos me trae.
Dolç de Mendoza
Vino dulce natural 100% Monastrell que alcanza una graduación alcohólica de14% y que ha sido envejecido en barrica durante 36 meses. Es un vino bastante curioso. No se elabora todos los años pues el racimo, que sobremadura en la planta hasta la primera semana de Diciembre, no siempre consigue llegar a la vendimia en condiciones óptimas.
De color granate intenso con fuertes aromas a fruta confitada donde predomina la fresa los toques a especia principalmente a clavo se notan descaradamente. El paso por boca es suave, de un vino equilibrado con unos taninos muy pulidos y una acidez sorprendente tratándose de un vino dulce. Lo maridamos con chocolate relleno de crema de Monastrell y la armonía fue perfecta. Lo mismo que ocurriría con un queso tipo Cabrales o Stilton, como muy bien dijo May.
Terminada la visita di un pequeño paseo por la bodega pues me informaron de que también realizan eventos privados y quería echar un vistazo a toda la finca. Para los que veraneéis por la zona os recomiendo una visita guiada por la Bodega. La finca es muy bonita y es una ocasión perfecta para empaparos de la historia de los vinos de Alicante y conocer alguno de sus grandes vinos de la mano de uno de los viticultores con más solera de la zona.
También informaros de que todos los sábados por la mañana dan a probar de manera gratuita todos los vinos de su bodega.
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