La pena y La pola

Hoy de nuevo nos trasladamos hasta Galicia para adentrarnos en una denominación de origen que para los lectores de Devinos con Alicia todavía es desconocida (espero que no para demasiados), porque los vinos que nos encontramos en ella son excepcionales: se trata de Ribeira Sacra. Esto no lo digo solo por la calidad de los vinos, que seguramente en la gran mayoría sea mucha, sino porque hablamos de unas de las vendimias más difíciles y peligrosas que se dan en España debido al grado de inclinación al que se encuentran los viñedos. Además hoy también hablaremos de uno de mis vinos favoritos: LAPENA, de Bodegas Dominio do Bibei.

Adentrándonos en la Ribeira Sacra

Como es costumbre en este blog cuando nos encontramos ante una denominación de origen desconocida, el paso previo es indagar en sus orígenes para entender la fuente de los grandes vinos de los que hablaremos hoy, y de otros que se producen en el lugar. Ya hemos podido comprobar en más de una ocasión que el terroir constituye una gran parte de la personalidad de los vinos, y por ello es importante tener unas breves nociones de él.

Comencemos pues, Ribeira Sacra es una denominación de origen ubicada entre las riberas del río Miño y el río Sil, dicho de otro modo el sur de la provincia de Lugo y el norte de la provincia de Orense, en Galicia. Recibe su nombre por su tradición monacal que se origina en la Edad Media entre los siglos VIII y XII, con múltiples ermitas y monasterios a lo largo y ancho de sus impresionantes valles. Sin embargo, el arte de la elaboración del vino se inicia con la estancia de Roma en esta región, siendo los más populares los procedentes de Amandi (una de las subzonas de Ribeira Sacra) que incluso llegaban hasta la mesa del emperador. No obstante, es de creencia popular que los monjes mencionados anteriormente replantaran los viñedos para consumo propio, y que gracias a los monasterios nacieran hasta una docena de pequeñas áreas en la región.

Actualmente, esta denominación de Origen se encuentra constituida por cinco subzonas: Amandi, Chantada, Ribeira do Miño, Ribeira Do Sil y Quiroga – Bibei que ampara a 90 bodegas. El consejo Regulador de Ribeira Sacra permite el cultivo de las uvas tintas: Mencía como variedad predominante, Merenzao, Brancellado, Garnacha, Tempranillo, Caíño Tinto, Susón, Mouratón; y Albariño, Godello, Treixadura, Loureira, Torrontés y Dona Blanca en el caso de variedades blancas.

Personalmente, creo que la Ribeira Sacra es una de las denominaciones de origen más espectaculares de España. Los viñedos, al estar plantados sobre profundos barrancos y laderas pronunciadas ubicadas en los cauces de los ríos Miño y Sil, tienen una de las vendimias más peligrosas del mundo al no permitir la mecanización de las labores agrícolas (algo que suplen con poleas y barcas para la recolección de la cosecha). ¡Una tarea casi heroica!

Dominio do Bibei: hablemos de esta bodega gallega

Dominio do Bibei es un proyecto que surge en 2002, de producción reducida y filosofía familiar (aunque sus orígenes no correspondan a la consanguinidad propiamente dicha). Todo en esta bodega es singular, comenzando por la arquitectura del edificio en sí que recuerda a las terrazas excavadas en estas laderas por el hombre para cultivar sus viñedos. Los propietarios de Dominio do Bibei proclaman que el terroir de su bodega es el elemento diferenciador ya que sobre una base granítica común, abundan trazas arenosas y de esquistos en unas zonas, y mica, cuarzo y feldespato en otras con un predominio de arcillas y pizarras.

Dada la inclinación de los viñedos antes mencionada, Dominio do Bibei posee terrenos que oscilan entre 200 y 700 metros, y de diferentes exposiciones solares. Característica que va a permitir que las uvas maduren con las cualidades óptimas, ya hablemos de las vides más jóvenes como las más antiguas. Además, esta joven bodega promueve la recuperación de algunas de las variedades perdidas de la Ribeira Sacra que a día de hoy estaban casi abandonadas y afirman que: «Estas uvas nos han enseñado diferentes formas de entender el vino«.

Para la realización de sus vinos siguen una cuidada elaboración e intentan que a través del viñedo y de la vinificación que alcancen su máxima expresión. Dominio do Bibei cree en la agricultura sostenible y a través del cuidado de la vid pretenden que la propia planta se autoregule, lo que transmitirá la identidad exacta del viñedo. La vendimia se lleva a cabo a mano (guardando la calidad y teniendo en cuenta la orografía del terreno), en cajas pequeñas para que los racimos no sufran y teniendo en cuenta el clima y la variedad.

Una vez en bodega se lleva a cabo una cuidada selección. Para la fermentación Dominio do Bibei tiene predilección por las barricas viejas de madera, teniendo un completo conocimiento del origen y la vida de cada una de ellas. El uso de una u otra viene determinado por la variedad y la parcela de la que viene la uva, huyendo en todo momento de la mecanización. Son amantes de los vinos de baja graduación alcohólica, buscando siempre la elegancia y la complejidad otorgada por el tiempo, aunque también consideran importantes otras características como la mineralidad (procedente del terroir y firma de la bodega), frescura, fluidez, jovialidad y máxima expresividad en LAPOLA, y la seriedad y estructura en LAPENA.

Ya es hora de conocer sus vinos

Como se puede leer en el pie de foto, el último contacto con estos vinos lo tuve en el Salón Peñín de los Mejores vinos de España 2014. Sin embargo, ya los conocía por una cata en la Asociación Madrileña de Sumilleres (AMS) en a la que tuve la suerte de asistir en 2013, y desde ese momento ¡LAPENA se convirtió en uno de mis vinos favoritos! No obstante, por su complejidad y potencia lo describiremos en último lugar.Comencemos con el primero de sus vinos, LAPOLA. Aunque tiene cuerpo y bastante estructura, personalmente lo considero el más light de los vinos blancos de Dominio do Bibei. ¡Conozcámolo de una forma un poco más técnica! Se trata de un ensamblaje de Godello (75%), Albariño (20%) y Dona Blanca (5%). La catada en el Salón Peñín fue la añada 2012.

Hablamos de un vino elaborado con viñas comprendidas entre los 7 y los 100 años de edad y cultivadas en suelos arenoarcillosos con presencia de esquistos. La vendimia se lleva a cabo en los términos mencionados anteriormente, solo remarcar que la selección se realiza manualmente en el viñedo (racimo a racimo) y que cada variedad se vinifica por separado teniendo en cuenta los parámetros de variedad, suelo, altura y exposición en barricas de 600 litros de roble francés y austriaco de varios usos. Tras una fermentación lenta, se pasa el vino a la crianza que se llevará a cabo en dos partes: la primera, en barricas de roble francés de 600 litros, foudres austriacos de 1200 y 2400 litros de varios usos y, la segunda, en depósitos de hormigón que podemos ver en las fotografía superiores para su estabilización natural. Este vino permanece 8 meses sobre sus lías finas y no realiza fermentación maloláctica.

¿Qué nos encontramos en una copa de LAPOLA? Dada su extensa y cuidada elaboración no podemos esperar otra cosa que no sea una exquisitez, aunque personalmente me guste más el vino que viene a continuación. Nos encontramos con un vino amarillo pálido y brillante, con una nariz compleja e intensa en la que destacan la fruta blanca madura, los cítricos (piel de naranja, limón y pomelo), ligeras notas de bollería y minerales. En boca predomina la acidez (y por lo tanto es muy fresco), untuoso, con leves toques tostados al final. De posgusto largo, elegante con ligeras notas amargas. Sin filtrado por lo que se aconseja decantar.

Terminamos el post de hoy con uno de ¡mis vinos favoritos!: LAPENA 2011. Se trata del vino blanco de guarda de Dominio do Bibei. Este monovarietal de Godello procede de viñedos de 35 y 22 años, con un suelo franco arenoso con esquitos y pizarras, y de arcilla con abundancia de cuarzo y esquistos respectivamente. La vendimia se lleva a cabo como en el caso anterior, por lo que no nos detendremos, y comenzaremos con la fermentación alcohólica. Este paso de la vinificación se realiza en barricas de 600 litros de roble francés de segundo uso e inoculada con pie de cuba procedente de las uvas de los mismos viñedos.

LAPENA tiene una crianza en dos fases: la primera, en barricas de roble francés de segundo uso de 600 litros durante nueve meses sobre sus lías y, la segunda, en depósitos ovales de hormigón durante 11 meses para su estabilización natural aprovechando hábilmente las temperaturas frías del invierno. Se hace un prefiltrado (filtración simbólica), por lo que se aconseja decantar para su consumo a una temperatura ligeramente superior a la de los vinos blancos (entre 12º y 14ºC).

¿Qué nos encontramos en una copa de LAPENA? Continuamos con un amarillo pálido brillante como color. Sin embargo, en nariz es donde empezamos a notar grandes diferencias respecto al anterior, ya que además de las frutas blancas de hueso en compota, cítricos y toques anisados también otorga ligeras notas de lácteos, minerales y arcillosas. ¡Una auténtica experiencia gourmet! En boca es goloso, fresco, cremoso con una acidez envolvente. Algo untoso y bien estructurado que permitirá una larga guarda, dejando en el posgusto un sutil sabor amargo. ¡Impecable!

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Este artículo es original e inédito sin intereses publicitarios, la publicación de marcas o imágenes corresponde a exclusivos criterios informativos. Escrito por Alicia Gómez para Devinos con Alicia Gastroblog©.